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EPÍST. CATHÓLICA DE SANTIAGO.
CAPÍTULO V.
Del severo castigo que recibirán los ricos avarienlos y opreseres de los pobres. De la paciencia en las aflicciones. No debemos jurar en vano. De la Extremauncion: de la Confesion sacramental, y de la eficacia de la oracion.

1 Ea pues ¡oh ricos! llorad, levantad el grito en vista de las desdichas que han de sobreveniros [1].

2 Podridos están vuestros bienes, y vuestras ropas han sido roidas de la polilla.

3 El oro y la plata vuestra se han enmohecido; y el orin de estos metales dará testimonio contra vosotros [2], y devorará vuestras carnes como un fuego. Os habeis atesorado ira para los últimos dias.

4 Sabed que el jornal que no pagásteis á los trabajadores, que segaron vuestras mieses, está clamando contra vosotros; y el clamor de ellos ha penetrado los oidos del Señor de los ejércitos.

5 Vosotros habeis vivido en delicias y en banquetes sobre la tierra, y os habeis cebado á vosotros mismos como las víctimas que se preparan para el dia del sacrificio [3].

6 Vosotros habeis condenado al inocente, y le ha-


  1. En castigo de vuestra avaricia.
  2. Haciendo ver la dureza de vuestro corazon.
  3. Como víctimas que deben sacrificarse á la divina justicia en el dia terrible del juicio.