11 Ví tambien, y oi la voz de muchos ángeles al rededor del sólio, y de los animales, y de los ancianos; y su número era millares de millares,
12 los cuales decian en alta voz: Digno es el Cordero que ha sido sacrificado, de recibir el poder, y la divinidad, y la sabiduría, y la fortaleza, y el honor, y la gloria, y la bendicion [1].
13 Y á todas las criaturas, que hay en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y las que hay en el mar; á cuantas hay en todos estos lugares á todas las oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, bendicion, y honra, y gloria, y potestad por los siglos de los siglos.
14 A lo que los cuatro animales respondian: Amen. Y los veinte y cuatro ancianos se postraron sobre sus rostros, y adoraron á aquel que vive por los siglos de los siglos.
1 Vi pues cómo el Cordero abrió el primero de los
- ↑ De la boca de todas las criaturas, ó de que todo el mundo le adore, le tema y le alabe.
celestial, y sacerdotes, por la parte que tenemos en el sacerdocio de Christo. Véase I. Pet. II. v.9.