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La ciudad de Dios

dad suprema, ¿cuál será el que creerán pudo emprender obra tan majestuosa estando ocupados todos los demás en sus oficios y cargos propios, sin que nadie se entrometa en el encargo del otro? ¿Luego puede ser que el rey de los dioses propagase y amplificase el reino de los hombres?



CAPÍTULO XIV

" Que incongruamente atribuyen á Júpiter los aumentos de los reinos, pues si, como dicen, la victoria es diosa, della sola bastará para este negocio? Pregunto en este lugar lo primero: ¿por qué también el mismo reino no es algún dios? ¿Y por qué no lo será así, si la victoria es dios? ¿O qué necesidad hay de Júpiter en este asunto si nos favorece la Victora, la tenemos propicia y siempre acude en favor de los que quiere que sean vencedores? Con el socorro y favor de esta diosa, aunque se esté quedo é inmovil Júpiter, y ocu— .


pado en otros negocios, ¿qué naciones no se sujetaran?

¿Qué reinos no se rindieran? ¿O es acaso porque aborre cen los buenos el pelear con injusta causa, y provocar con voluntaria guerra por el ansia de dilatar los términos de su imperio á los vecinos que están pacíficos, y no agravian ni causan perjuicio á sus comarcanos? Verdaderamente que si así lo sienten, apruebo y alabo su dictamen,