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San Agustín

quien distingue el mismo poeta con el nombre de Venus ó de Marte, á cuyos dioses pone en lugares y moradas celestiales, sin que se ocupen en semejantes encargos, y el combatir estos demonios entre sí en favor de los que estiman, y en contra de los que aborrecían, esto confesó que dijeron los poetas, sin separarse mucho de la verdad: mediante á que éstos así lo relacionaron por aquellos de quienes confiesa que corren su tormenta como los hombres, con la misma turbación y agitación de ánimo por las procelosas ondas de pensamientos dudosos para poder ejercer en favor de unos y contra otros el amor y el odio, no según razón y justicia, sino como acostumbraba el pueblo, semejante á ellos en favorecer á los cazadores y aurigas en los juegos circenses, inclinándose á la parte á que estaba más apasionado: y esto parece fué lo que pretendió el filósofo Platónico, de que no se creyese cuando lo dijesen los poetas que lo hacían los mismos dioses, cuyos nombres ellos fingen y ponen, sino los demonios intermedios.



CAPÍTULO VIII

Cómo define Apuleyo Platónico los dioses celestiales, los demonios aéreos y los hombres terrenos.


¿Y qué significa la definición de éste acerca de los demonios? Hay acaso tan poco que advertir en ella, donde tan determinadamente comprendió sin duda á todos, cuando dijo que los demonios en el género eran animales, en el ánimo pasivos, en el entendimiento racionales, en el cuerpo aéreos, en el tiempo eternos, en cuyas cinco cualidades no dijo alguna que al parecer