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San Agustín

hubiere olvidado, ayudar y refrescar la memoria. Elegimos con conocimiento de causa á los platónicos, que justamente son los más famosos y cuerdos entre todos los filósofos, porque así como pudieron comprender con las luces de su entendimiento que el alma del hombre, aunque era inmortal, racional ó intelectual, con todo, no podía ser bienaventurada sin la participación de la soberana luz de aquel por quien ella y el mundo fué criado, así también negaron que alguno pueda conseguir la eterna felicidad, que todos los hombres apetecen y desean, á no ser que se una con la pureza de un amor casto con aquel sumo bien, que es el inmutable y omnipotente Dios: mas por cuanto los platónicos, ya fuese rindiéndose á la vanidad y al error común del pueblo, ó, como insinúa el apóstol de las gentes, Pablo: evanescentes in cogitionibus suis: «desvaneciéndose con sus imaginaciones y raciocinios», opinaron ó quisieron que debían adorarse á muchos dioses en tal conformidad, que aun algunos de ellos fueron de opinión que debían ser adorados con honras y sacrificios divinos los demonios (á los cuales hemos contestado ya en lo principal): ahora nos resta examinar y averiguar, con el favor de Dios, cómo los inmortales y bienaventurados, que están en los celestiales tronos, dominaciones, principados y potestades, á quienes los platónicos llaman dioses, y algunos de ellos ó demonios buenos, ó como nosotros ángeles, cómo ha de entenderse que quieren que los reverenciemos, y con qué culto y religión quieren que los sirvamos, esto es, por decirlo más claro, si quieren que los adoremos, ofrezcamos sacrificios y les consagremos algunas cosas de nuestro uso, ó á nosotros propios, con ritos y ceremonias sagradas, ó solamente á su Dios, que lo es también nuestro: mediante á que este es el culto y religión que se debe tributar á la divinidad, ó, si hemos de decirlo con más expresión, á la