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San Agustín

póreos? Pregunta igualmente como el que duda, si los que adivinan y practican algunas acciones admirables participan de almas más poderosas, ó si externamente les acuden y auxilian algunos espíritus, por cuyo medio practican semejantes maravillas. Y sospecha que esta potestad les viene de fuera, pues por medio de piedras y hierbas se ve que no sólo ligan á algunos, sino que abren también puertas cerradas, ó hacen algunas maravillas semejantes; por lo que dice que otros son de opinión que hay un cierto género de demonios que les es connatural y propio el oir y acudir á lo que ·les piden; que son naturalmente cautelosos, mudables en todas formas y configuraciones, fingiendo dioses y demonios, y almas de difuntos, quienes son los que ejecutan todos estos portentos, que parece que son buenos ó malos; pero que en los que son realmente buenos no ayudan ni sirven de nada, antes si no los conocen que enredan, acusan é impiden algunas veces á los que de veras siguen la virtud, que son temerarios y soberbios, llenos de arrogancia y fausto, que gustan de los perfumes de los sacrificios; se pagan de lisonjas, y todo cuanto dice sobre este género de espíritus cautelosos y malignos que de fuera acuden al alma, embelecan y engañan los sentidos humanos, dormidos ó despiertos, lo afirma no como un principio inconcuso que le tiene persuadido suficientemente ó creido, sino que lo sospecha ó duda con tanta ambigüedad y fútiles fundamentos, que asegura que otros son de esta opinión.

En efecto; fué empresa muy ardua para un filósofo tan ingenioso el llegar á conocer ó argüir atrevidamente y condenar toda la diabólica chuama, á la cual cualquiera vejezuela cristiana fácilmente conoce, y con singular libertad escupe y abomina, si no es que acaso este filósofo tema ofender á Anebunte, á quien escribe como á una insigne cabeza y pontífice de semejante religión,