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La ciudad de Dios

que son idóneos y hábiles para todo; antes más bien adviertan cuán obedientes debemos ser al saludable precepto del apóstol: «Yo, nos dice, usando de la gracia y merced que Dios me ha hecho, mando á cualquiera de vosotros que no intentéis saber más de lo que conviene, sino que seáis sabios con moderación, conforme á los dones que el Señor repartió á cada uno de la nueva vida espiritual» (1). Porque si á una criatura pequeña la sustentaren y dieren de comer conforme al estado de sus fuerzas, llegará á crecer y á ser capaz de que le alarguen poco a poco al nutrimiento; pero si le á dieren más de lo que exigen sus fuerzas, antes desfallecerá y no crecerá.



CAPÍTULO XVI

Cómo ha de entenderse que prometió Dios al hombre vida eterna antes de los tiempos eternos.


Qué siglos hayan pasado antes de la creación del hombre, confieso que no lo sé; pero no dudo que ningana cosa criada es coeterna á su Criador. Llama también el apóstol á los tiempos eternos, y no á los futuros, sino, lo que excita más la admiración, á los pasa.

(1) San Pablo ep. á los Romanos, cap. XII, sit: Dico autem per gratiam, quae data est mihi, omnibus qui sunt in vobis, non plus sapere quam oportet sapere, sed sapere ad temperantiam, sicut unicuique Deus partitus est mensuram fidei: por ouyas expresiones de å entender el apóstol de las gentes, San Pablo, la distribución de sabiduris que hizo Dios particularmente entre todos los hombres, arreglada á la medida de la fe de cada uno, con la oual debemos contentarnos, sin abrogarnos temerariamente conocimientos superiores á nuestra esfera, que más de muestran nuestra ignorancia que recomiendan nuestra ciencia.