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La ciudad de Dios

virtus mea, «á vos, Señor, tengo de amar, que sois mi virtud y fortaleza»; y por eso en aquélla sus sabios, viviendo según el hombre, siguieron los bienes, ó de su cuerpo, ó de su alma, ó los de ambos; y los que pudieron conocer á Dios, non ut Deum honoraverunt, cel gratias egerunt; sed evanuerunt in cogitationibus suis, et obscuratum est insipiens cor eorum. Dicentes enim se esse sapientes, stulti facti sunt, et inmutaverum gloriam incorruptibilis hominis, et volucrum, te quadrupedum, et serpentum: «no le dieron la gloria como á Dios, ó se le mostraron agradecidos, sino que dieron en vanidad con sus imaginaclones y discursos, y quedó en tinieblas su necio corazón; porque, teniéndose por sabios, quedaron tan ignorantes que trocaron y transfirieron la gloria que se de bía á Dios eterno é incorruptible por la semejanza de alguna imagen, no sólo de hombre corruptible, sino también de aves, de bestias y de serpientes»: porque la adoración de tales imágenes y simulacros, ó ellos fueron los que la enseñaron á las gentes, ó ellos mismos siguieron é imítaron á otros, et coluerunt atque servierunt creature, potiús quam Criatori, qui est benedictus in sæcula, «y adoraron sirvieron antes á la criatura que al Criador, que es bendito por los siglos de los siglos». Pero en esta ciudad no hay otra sabiduria humana sino la verdadera piedad y religión con que rectamente se adora al verdadero Dios, esperando por medio de la amable compañía de los santos, no sólo de los hombres, sino también de los ángeles: ut sit Deus omnia in omnibus, «que sea Dios todo en todos.» Tоио III.

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