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La ciudad de Dios

tierra. Y así, por cuanto no solamente la nación israelítica, sino toda la descendencia de Abraham, donde está expresa la promesa de muchos hijos, no según la carne, sino según el espiritu, se compara más cóngruamente á la multitud de arena, podemos entender aquí que prometió Dios lo uno y lo otro; y por eso dijimos que no parece evidente y demostrativo, porque aun el crecido número de aquella sola nación que, según la carne, desciende de Abraham por su nieto Jacob, creció tanto que casi llenó todas las partes del mundo, por lo que pudo ser asimismo comparada hiperbólicamente á la inmensidad de la arena, pues ésta sola es también multitud innumerable para el hombre, por lo menos ninguno duda que sólo significó la tierra llamada Canaam. Pero lo que dice: «te la daré á ti y á tu descendencia hasta el fin del siglo», pueden ponerlo en duda algunos, si hasta el fin del siglo lo entienden para siempre eternamente; mas si hasta el fin del siglo lo tomaren, como fielmente lo sostenemos, que el principio del futuro siglo principia del fin de este presente, nada les hará dificultad, porque aunque á los israelitas los hayan echado de Jerusalén, con todo, perseveran en otras ciudades de la tierra de Canaam y perseverarán hasta el fin, y habitando en toda aquella tierra los cristianos, también ellos son descendencia de Abraham.

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CAPÍTULO XXII

De cómo Abraham venció los enemigos de los sodomitas cuando libro á Lot que le llevaban preso, y cómo le bendijo el sacerdote Melchisedech.


▸ Luego que Abraham recibió esta divina promesa, partió de allí y quedóse en otra población de la misma