Página:La ciudad de Dios - Tomo III.pdf/290

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
288
San Agustín

dice, soy (1) Dios de Abraham, tu padre, no temas, porque yo estaré contigo; te he echado mi bendición y multiplicaré tu descendencia por respeto y afecto á tu padre Abraham»», para que entendamos lo primero cuán castamente hizo Abraham lo que á los impuros y lascivos que pretenden justificar sus liviandades con la autoridad de las sagradas letras creen que lo practicó por efecto de algún apetito torpe; lo segundo para que también sepamos cómo hemos de comparar las personas entre sí, no por alguna cualidad ó prenda singularque cada uno tenga particularmente, aino que en cada uno debemos considerarlo y ponderarlo todo; porque puede suceder que uno tenga en su vida y costumbres cierta gracia en que se aventaje á otro y que ésta sea mucho más excelente que aquella en que el otro le excede. Y así, aunque con sano y cuerdo juicio, se prefiera la continencia al matrimonio, sin embargo, es mejor el hombre fiel casado que el infiel continente; porque éste no sólo es digno de menor elogio porque se contiene no creyendo, sino también es mucho más digno de reprensión y vituperio porque no cree siendo continente. Supongamos á ambos fieles y buenos; aun así seguramente es mejor el casado fiel y obediente á Dios que el continente de menos fe ó incrédulo y menos obediente; pero si en las demás cualidades son iguales, ¿quién duda preferir el continente al casado?

(1) Génesis, cap. XXVI, Ego sum Deus Abraham patris tui, noli timere, tecum enim sum, et benedixi te, et multiplicabo semen tuum propter Abraham patrem tuum.