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San Agustín

lado el Nuevo Testamento, después de sacrificado Cristo, nuestra Pascua consiste en que, al quincuagésimo día descendió del Cielo el Espíritu Santo, llamado en el Evangelio dedo de Dios, para recordarnos el hecho que primero precedió en figura, porque también refieren que las tablas de la ley se escribieron con el dedo de Dios.

Muerto Moises, gobernó aquel pueblo Jesús Nave y le introdujo en la tierra de promisión, la dividió y repartió al pueblo. Por estos dos maravillosos caudillos y capitanes se adminiatró también con extraordinaria prosperidad la guerra, manifestándole Dios que les concedia aquellas victorias, no tanto por los méritos del pueblo hebreo como por los pecados de las naciones que conquistaban. Después de estos caudillos, estando ya el pueblo establecido en la tierra de promisión, sucedieron en el gobierno los Jueces, para que se le fuese verificando á Abraham la primera promesa de una nación, esto ea, de la hebrea, y de la posesión de la tierra de Canaán, aun no de todas las gentes, y de todo el orbe de la tierra, lo cual había de cumplir la venida de Cristo en carne mortal; y no las observaciones y ceremonias de la ley antigua, sino la fe del Evangelio era quien debía dar cumplimiento á este vaticinio: lo cual figuró en que in—trodujo al pueblo en la tierra de promisión, no Moisés, que recibió la ley para el pueblo en el monte Sina, sino Jesús, llamado así porque Dios le ordenó mudar el nombre que antes tenia. En tiempo de los jueces, según la disposición de los pecados del pueblo y la misericordia de Dios, tuvieron á veces prósperos, y á veces adversos los sucesos de la guerra. En seguida de estos vinieron los tiempos de los reyes, entre quienes el primero que reinó fué Saúl, al cual, reprobado, roto, vencido y humillado en una batalla, y desechada su casa y descendencia para que de ella no procediesen ya reyes, sucedió en el reino