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San Agustín

bios y presuntuosos, pienaan satisfacer y agradar á Dios con lo suyo, y no con lo de Dios, que es Dios de las ciencias, y por lo mismo testigo de las conciencias, donde ve los pensamientos y proyectos de los hombres, que son vanos cuando son de los hombres, y no proceden del Señor. «El que dispone, dice, sus invenciones y trazas». ¿Qué invenciones sino las de que se hamillen los soberbios y se levanten los humildes? ¿Porque, sino, estas invenciones y trazas? Prosigue diciendo: «Debilitó el arco de los poderosos, y armó á los flacos de virtud y fortalezas». Debilitó el arco, esto es, la intención de los que á sí propios se imaginan tan poderosos, que sin la gracia y favor de Dios, con sola la suficiencia humana, creen que pueden cumplirse los mandamientos divinos; y armó de virtud á los que dicen en su corazón (1). «Tened Señor, misericordia de mí, porque soy flaco y débil».

«A los que estaban llenos de pan, dice, los debilitó, y a los hambrientos los enalteció.» ¿A quiénes debemos entender por los llenos de pan, sino á estos mismos casi poderosos, esto es, á los israelitas (2), á quienes comunicó y confió Dios sus oráculos y Escrituras». Pero en este pueblo los hijos de la esclava se debilitaron, con cuya palabra se declara bien, cómo de mayores se hicieron menores, porque aun en los mismos panes, esto es, en los divinos oráculos, en la Divina Escritura, la cual entonces recibieron entre todas las naciones, sólo los israelitas saben cosas terrenas. Pero las gentes á quienes Dios no dió aquella ley, despues que por el Nuevo Testamento alcanzaron aquellos oráculos y Escrituras, teniendo mucha hambre, los enalteció ó elevó sobre la tierra, porque en ellas no supieron cosas terre(1) Salmo, 6. Miserere mei Domine, quoniam infirmus sura.

(2) San Pablo, ep. á los Rom., cap. III. Quibus credita sunt eloquia Dei.