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La ciudad de Dios

para que nos constase que no es á él á quien se refiere esta profecía, que habla con su padre, diciendo: y cuando se cumplieren tus días y durmieres con tus padres, yo levantaré después de ti á tu hijo salido de tus entrañas, y establecerá su reino». En lo que sigue: «éste es el que edificará casa», puede entenderse que fué profetizado por Salomón, y lo que ha precedido: «cuando se cumplieren tus dias y durmieres con tus padres, levantaré después de ti á tu hijo», debemos entender que se refiere a otro ser pacifico, del cual se vaticina que había de venir á levantar el trono real, no antes, como éste, sino después de la muerte de David. Por mucho tiempo que mediase entre David y Cristo, y así convenía que sucediese, fué prometido después de la muerte del rey David, y edificó casa al Señor, no de madera y piedras, sino de hombres, como con el mayor júbilo y contento vemos altora que la va construyendo. Hablando de esta casa, es decir, los féles de Cristo, dice el apóstol (1): «Vosotros sois el templo que Dios santificó».



CAPÍTULO IX

Que en el Salmo 88 se halla otra profecia Cristo semejante á la que en los libros de los reyes promete Dios por medio del profeta Nathan.


En el Salmo 88, cuyo título es (2), «Instrucción para Ethan, israelita», se refieren las promesas que Dios hizo al rey David, donde se dicen algunas cosas semejantes a las que se hallan en el libro de los reyes, como (1) San Pablo, I ep. & los Corint., cap. III, (8) Salmo 88. Intellectus ipsi Etham Irael.