ó eran demasiado lijeros, deficientestes y de carácter práctico sobre todo, como el de 1833.
No conocemos el diario de este cuerpo de ejército, pero tenemos copia de la carta levantada por el coronel D. Feliciano Chiclana, que se conserva en el archivo del Departamento de Ingenieros de la Provincia y que acompañamos á este capítulo.
Es una carta imcompleta y su exactitud científica debe ser verificada por nuevas exploraciones. Es de advertirse que la carta del coronel Chiclana, que conserva el archivo público á que nos hemos referido, no trae leyenda alguna. Pensamos que los sondajes del rio en ella marcados como resultado de su navegación en botes fueron tomados en brazas, pues no es creíble que el rio Colorado tuviera en la época de aquellas observaciones y en algunas partes solamente un pié de agua. La profundidad de dos y cuatro brazas que la carta dá al Colorado, se esplica por las grandes lluvias é inundaciones de 1833, de que dimos noticia al tratar del rio Negro
La misma carta trae para la desembocadura del Colorado las siguientes observaciones: la hondura variaba desde 1 1|2 hasta 4 brazas, formando el rio allí varias islas á causa de su bifurcación en muchos canales. Desde las islas al interior la hondura era de 1 á 2 1|2 brazas. Desde el campamento donde zarpó el Capitán General de Marina el 19 de Marzo de 1833, el agua variaba de 1 á 4 brazas á medida que se remontaba el rio hasta el campamento de la División, en el paso del camino de Bahia Blanca á Patagones, donde el agua variaba ya desde una á tres brazas.
Angelis, hablando de la expedición de 1833, dice: « Mientras la goleta San Martin penetraba por la boca del rio, dos botes que se construían en las inmediaciones del campamento debían seguir los movimientos