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dral llamando á misa mayor! cómo vibraba su argentino y juguetón repique, no parecido, para mis oidos al menos, á ninguna otro vibración de sonoros bronces!
Penetra el agudo tañido en los hogares santanderinos: la mujer hacendosa, niña ó madre, soltera ó casada, se prende la mantilla delante del espejo, toma el devocionario, un pañuelo limpio de batista, recoge las llaves, dá órdenes minuciosas á la criada que le abre la puerta, se santigua al comenzar los escalones y los baja calzándose apresurada-
VISITA DEL PREFECTO DE LYON A DON CARLOS DE BORBON Y ESTE.
SUCESOS DE PARIS.—Arresto de Rochefort.
