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INTRODUCCIÓN

que es mi destino
dejar gotas del alma
por mi camino.

III

 
¿Quién soy? —¡Quién sabe!— Mi ser ignoro:
mas de armonía guardo un tesoro:
y siendo armónica mi condicion,
átomo suelto, libre, sonoro,
donde hallo un eco produzco un son.
Y ya se exhale de un arpa de oro,
ya de una ermita del esquilón,
ya del aullido de un muezzin moro,
ya de las turbas en rebelion,
ya de un insecto c|ue errante zumbe,
ya de una gruta que honda retumbe,
ya de un torrente que se derrumbe.....
ya del bramido del aquilón
que el roble añoso crujiendo abata,
que atorbelline la catarata,
que los peñascos de la mar bata,
ó los cimientos de un torreón,
cuanto á mi paso despierta un eco
sordo, estridente, trémulo, hueco,
cóncavo, agudo, vibrante ó seco,
en mí una fibra tocando armónica
encuentra unísona repeticion;
y el son más débil, más fugitivo,
me presta el tema, me da el motivo
de una plegaria ó una cancion,
Y en una peña desencajada,
en la cruz puesta sobre un camino,
en una torre desvencijada,
en el murmullo del mar vecino,
en los escombros de un monasterio,