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IX
INTRODUCCIÓN

Yo soy la voz que agita perdida en las tinieblas
la gasa trasparente del aire sin color,
que sobre el tul ondula de las flotantes nieblas,
que del dormido lago se mece en el vapor.
Voz de hálito amoroso que con afán aspira
los cálidos efluvios de inextinguible amor:
y cuando entre las nieblas y los vapores gira
los himnos exhalando con que de amor delira,
se embriagan con el ámbar de amor con que respira,
suspiran con el hálito de amor con que suspira
el pájaro, el insecto, y el árbol, y la flor.

Tal vez soy ese incógnito
 vago lamento
que en los vacíos ámbitos
se oye del viento.
 Su son perdido
¿quién sondará si es nunca
canto ó gemido?


¿Quién soy? —Lo ignoro.— Tengo en mi ser
tinieblas tales, tal confusion,
que á un tiempo siente pena y placer,
ansia y hastío mi corazón.
Hoy desdichado, feliz ayer,
jamás descifro mi condicion,
y mi voz nunca puedo saber
si es un lamento ó una cancion.
Misterios deben del alma ser:
pero yo de ellos en conclusion
solo averiguo que por do quier
pedazos dejo del corazón.

Yo soy como el arroyo;
desde que brota,
por do á en cada hoyo
deja una gota: