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196 — Poesías de Cuellar.

Tras ese espacio que la luz colora,
Que un solo instante en mi dolor la vea.

Ella alentaba espíritu infinito,
Espíritu que nunca se adormece,
Ni como el barro vil que lo guardara
Al golpe cruel de la segúr perece.
El alma! soplo eterno sin espacio!
Emanación del Sér Omnipotente!
Dónde, después del mundo es tu palacio?
¿Do te asientas después eternamente?

¡Espantoso anhelar! amargas ánsias!
Duda que roe el corazón! la mente
Os abandona débil, deber santo
Os conjura cual torpes devaneos,
Alza la lira funerario canto,
Se agita el pensamiento, y el quebranto
Lastima el corazón, y en dura roca
Se estrellan insensatos mis deseos!...

¡Cuán profunda es la herida
Que deja al corazón de un sér amado
La inesperada y eternal partida!