Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/115

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se deriva como conclusión ficcional del estudio proustiano del modo de ser de la música y, en particular, de las interrogaciones y revelaciones obtenidas del septeto de Vinteuil. Esta conclusión sobre el arte se extrae solamente de los hipotéticos descubrimientos metafísicos de la música y la figura de Elstir, sólo esasociada a Vi nteu i l, a propósito de las conclusiones generales y de concepciones estructurales del arte y no durante toda la fundamentación ficcional estricta previa. Por otra parte, vuelven a resonar los motivos procedentes de Leibniz de los "mundos que llamamos individuos", y se presenta, también en esta cuestión de las perspectivas artísticas individuales de los múltiples universos de las obras de arte, la posibilidad de ver con los ojos de otro, con cien ojos, de multiplicar las perspectivas, tema tratado por L. Bolle‘5°. De toda esta reflexión artística, donde siguen presentes y distinguidos, el yo superficial y el yo creador artístico, no se despeja, todavia la cuestión central de la vocación del héroe. Esto es: revelada por la música la significación esencial del arte, que se deriva como verdad del arte del estudio proustiano del modo de ser de la música y en particular, de las búsquedas metafísicas del septeto de Vinteuil, ¿cómo es posible la literatura en su tarea de fijar las impresiones reencontradas por la memoria? Y, ¿llegará el héroe a ser escritor? A éste le esperan nuevas pruebas en el amor (fuga y muerte de Albertina) y en el arte (pastiche Goncourt), antes de las epifanías finales y la doctrina de la matinée Guermantes. Es entonces, el tramo de la novela que podemos considerar como el pasaje de la música a la literatura. El andante del septeto termina con una tierna frase, a la que el héroe se entrega completamente, y se produce un descanso antes del movimiento siguiente. El héroe mantiene conversaciones, pero la palabra humana "exterior", le es indiferente, frente a la ”celestial" frase musical que acaba de escuchar. Siente como un descenso metafísico, como un "ángel privado de las delicias del paraiso", que ”cae en la más insignificante realidad". Y todas sus reflexiones anteriores sobre la música como forma de comunicación concluyen de la siguiente manera: Argumento a favor de ello, es que este texto sobre el significado esencial del arte 116 de vida que Ia naturaleza ha abandonado, me preguntaba si no sería la música el ejemplo único de lo que hubiera podido ser la comuni- cación delas almas de no haberse inventado el lenguaje, la formación Y así como algunos seres son los últimos testigos de unaforma