Página:La música como develadora del sentido del arte en Marcel Proust.djvu/127

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida

de su-elaboración artistica, trabajo de traducción del escritor (con recurrencias a la metáfora) y que determina la fijación de las impresiones originales. En suma, hay impresiones que se incorporan a nuestro espíritu y que son evocadas por la memoria involuntaria y luego se ofrecen como impresiones «artísticas. Y hay impresiones artisticas que no son recuerdos, que no pueden fijarse .y ni siquiera retenerse por el receptor. En otro texto (V, 407)., (III, 374-375), parece que el problema no es sólo el de la recepción de estas impresiones, sino también el de la relación del autor con las impresiones musicales más profundas. Y por una parte reaparece el motivo mediúmnico de la música, y por otra, la conciencia interrogativa del compositor sobre su propia obra, como responsable del acento musical propio. Debe recordarse la insistencia, durante el septeto, en la patria desconocida de dónde provienen estas obras musicales, que es justamente ignorada y no recordada por el maestro y sólo inconscientemente atisbada. Este seria pues, el nivel más profundo y metafísico de la música, más allá de los senderos recorridos por las frases, donde la música cumpliría con lo que las otras artes pueden hacer con el recuerdo. Pero en su nivel más especifico y extratemporal, la musica, por lo que hemos visto sobre el desconocimiento y la mera, aunque notable, aproximación a la verdad del propio autor, sólo nos puede responder hipotéticamente, dada también la imposibilidad humana de mayor profundización en su revelación. Nuestras capacidades tienen limites, el saber de la música se detiene, mientras ésta sigue su avance explorador. Ni la inteligencia en colaboración con la memoria voluntaria, que materializa o que estudiaytranscribe musicográficamente, ni la ¡nteligenciay la memoria involuntaria en su penetración en lo imprevisible pueden alcanzarla. Por eso la profunda insatisfacción que depara al héroe el develam iento de verdades obtenidas de obras musicales, que "la labor nefasta de la inteligencia", aunque con provecho técnico y vital, extraña de su ser. Lo que sentimos profundamente de la vida, lo sentimos como experiencia no conformada previamente por ideas, sino en unalexperiencia más básica, como la de las impresiones musicales. Esto puede relacionarse con la reivindicación proustiana de la exactitud de los juicios del escritor sobrermúsica (en "A propósito de Baudelaire"), el elogio de la mala músicay, en lascartas a-Montesquiou y a Hahn, Ia reivindicación de su propia posición no profesional, es decir, no técnica 128 al lector como impresión, pero resulta de la retención espiritual de la memoria y