crítico. De todos modos, el problema no es, pues, que la literatura pueda constituir la verdad de la vida, sino la concepción de la literatura que va a cumplir esta función. El panorama del héroe se vuelve sombrío, con internaciones, muerte y decadencia de amigos, prostíbulos dolorosos y sones wagnerianos de guerra. Pero, cuando parece convencido de su incapacidad literaria, decide concurrir a un concierto social (síntesis ambigua de música y sociedad) en lo de la princesa de Guermantes. El héroe ha podido comprobar que sus evocaciones voluntarias de Venecia no sirven, son como fotografías. En cambio, desde que desciende del coche comienza a tener experiencias de reminiscencias, de resurrecciones (VII, 212-237), (Ill, 865-888): las losas del pavimento que le recuerdan San Marcos y Venecia; el ruido de una cuchara que le recuerda el de un martillo en un tren, desde el que contempló árboles que nada le habían dicho, Ia servilleta almidonada que le recuerda otra servilleta de Balbec, ei mar y el gran hotel. Y, posteriormente, ruidos de la cañería que vuelven a recordarle Balbec, un ejemplar de Francois le Champi, que desprende su yo infantil de aquella noche fatal en que su madre se lo leyera. Más tarde aún, el reconocimiento de personajes máscaras que ya no son lo que habían sido y es menester recordarlos en su pasado para reconocerlos y nombrarlos en el presente. Y finalmente, el ruido de la Campanilla que anunciaba en Combray la llegada de Swann y que escucha el héroe durante la reunión de la princesa de Guermantes pero cada vez más en su interior (VII, 419-421), (lll,-1044- 1047).‘ En la comprensión de estas experiencias es necesario distinguir: 1) la aparición involuntaria de ciertas sensaciones; 2) la asociación con recuerdos preservados por el olvido, es decir la reunión con otra sensación común, pero pasada, como ocurrió con la magdalena; 3) el develamiento de su significado profundo, lo que el héroe no había hecho hasta esta reunión en lo de la princesa de Guermantes, ni siquiera para la reminiscencia de la magdalena. Esta develación importa el descubrimiento de la esencia común, de la extratemporalidad, y de la posibilidad de la recuperación del tiempo por la obra de arte; 4) tanto con respecto a las sensaciones (reminiscencias e impresiones profundas y vagas), cuanto con respecto al develamiento, el héroe vuelve a recordar las últimas obras de Vinteuil. Estas le han parecido la síntesis de todas esas experiencias, incluidas ahora también 141 aún así descubre nuevos aspectos de las personas como el valor de Verdurin como
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