Página:La maestra normal.djvu/88

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

gido, con la cara llena de granos. Tenía amistad íntima con uno de los hermanos de Amelia, y de ambos se valían Raselda y su novio para entenderse. Raselda le escribía a su amiga, y por medio del hermano las cartitas llegaban hasta Palmarín. Por este sistema se cruzaron primero sus tarjetas y luego se enviaron flores y papelitos amorosos, donde se decían "único bien", "tesorito adorado" y "corazón mío", todo con muchas faltas de ortografía. A veces utilizaban a Plácida. Al padre de Palmarín desagradábanle estas relaciones de su hijo por- que temía que se eternizaran. Amenazó al muchacho con enviarle a estudiar a Catamarca, donde tenía parientes, si persistía "en andar con la hija del sacristán". Palmarín tuvo que ceder y no fué más a la esquina. Entonces Raselda, indignada por la frialdad de su novio, decidió "quebrar". Y así lo hizo, después de consultar a las amigas.

A causa de Palmarín fué su disgusto con Amelia. Algunas compañeras de clase las intrigaron contándole a Raselda que Amelia se había reído de Palmarín. Raselda le reprochó esto a su amiga. Amelia sabía que todo era cuestión de intrigas, pero, orgullosa y huraña, esperaba para reconciliarse que Raselda fuese hacia ella. Raselda, que temía un desaire y que cada vez estaba más tímida desde el descubrimiento de "su historia", no tuvo valor para buscar de nuevo la amistad de Amelia. Una tarde que Amelia salía de la escuela con dos amigas, Raselda, que iba sola detrás, oyó a una de ellas decir:

— Has hecho bien en romper con esa. Su madre fué una loca.

Raselda sintió que la sangre se le subía a la cabeza y temió que le diese algo. Trató de dominarse, apresuró el paso, dejando atrás a Amelia; y cuando llegó a su casa se arrojó de bruces sobre la cama, llorando. Después llamó a Plácida y le pidió, por amor de Dios, por lo que más quisiera en este mundo, que le contara toda la historia de su madre, la de ella... Necesitaba saberla, no podía vivir ya más tiempo en su incertidumbre. Plácida resistía, pero luego tuvo que acceder. Rogó antes a Raselda.