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Página:La masacre de la escuela Santa María de Iquique.djvu/45

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en Europa (...). Sin embargo, para que los distintos partidos consagran sus esfuerzos a presentarse como los amparadores de los obreros, en presentarnos con gran abultamiento una cuestión que felizmente, no tiene por qué producirse entre nosotros, ya que accidentes como el de Valparaíso no pueden ser razonablemente considerados como una manifestación de la existencia de la cuestión social obrera de la sociedad de Europa”.[1]

Por su parte y desde el partido Radical el diputado Fidel Muñoz replica al diputado Díaz: “El Partido Conservador, o más propiamente hablando, clerical, no puede mirar con agrado que se levante el velo de la ignorancia y miseria que cubre a las clases trabajadoras de nuestro país (...). En esta materia hay una cuestión de doctrina, en la cual el que habla no cejará un paso frente a la resistencia conservadora”.[2]

En esta discusión también participan con sus propias reflexiones y argumentos el Partido liberal, así el diputado Bello intervino en el siguiente tenor: “Principiaré por declarar que considero muy digno de estudio y de alto interés público, el procurar por todos los medios posibles, el mejoramiento de la condición de la clase obrera y todo lo que tienda a armonizar la relación entre el capital y el salario. Pero no considero que esta aspiración constituya el patrimonio exclusivo de un solo partido político; pues pertenece a todos como que es de interés común o nacional. Y no creería equivocarme si estimara que el Partido liberal-democrático se encuentra más cerca de este ideal que otros partidos, por figurar en su programa principios económicos que tienden a prestar amparo a las clases trabajadoras”.[3]

Luego de los acontecimientos de la llamada “semana roja” en 1905, se genera una interesante discusión en el Congreso Nacional, donde una vez más podemos observar las posiciones que asumen los parlamentarios de los distinto s partidos políticos de la época, y como en este posicionamiento se expresan las diversas visiones ideológicas e intereses de la sociedad chilena, lo anterior no es obstáculo para que paralelamente se alcancen grados crecientes de consenso, particularmente respecto de la gravedad de la situación.

En este escenario el diputado Richard perteneciente al partido conservador sostiene: “Desentenderse de la gravedad de la situación, cruzarse de brazos ante los males de nuestro organismo social, sería faltar a nuestros deberes de mandatarios del pueblo, sería desoír los clamores de la opinión pública, importaría entregar nos a un abandono criminal que nos haría reos del delito de lesa patria”. [4]


Por su parte el diputado Irarrázabal del Partido liberal dice que: “Ese conjunto de hombres que aquí llamamos gañanes, carrilanos, y pililos son verdaderos gitanos, son parias dentro del país,forman una clase social aparte, que es la que llena nuestras cárceles y que merecería mayor atención de la autoridad, porque de ahí han salido también en horas de peligro para el país,

  1. Cámara de Diputados de la República de Chile: “Boletín de Sesiones Ordinarias Cámara de Diputados”, Cámara de Diputados de la República de Chile, Santiago 20 de Junio de 1903.
  2. Ibid.
  3. Ibid
  4. Cámara de Diputados de la República de Chile: “Boletín de Sesiones Extraordinarias Cámara de Diputados”, Cámara de Diputados de la República de Chile, Santiago 26 de octubre de 1905.