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Página:La noche de la verbena.djvu/39

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ANTONIO CASERO

eso que muchas veces por vergüenza y respeto no te pido un pitillo.


ANTONIO

Eso es que quiere usté fumar.


SEÑOR MATÍAS

Hombre, ya que tan espontáneamente me lo ofreces, me tragaré el humo en obsequio a los forasteros.


ANTCNIO

Ahí va un emboquillao. (Saca de la petaca y le da un pitillo emboquillado.)


SEÑOR MATÍAS

(Mirando el pitillo y fingiendo indignación.) Vamos, ¿ves? pa darle en la cara al «Vihuela»: ¿pos no me discutía a mí anoche que tú no fumabas emboquillaos? Has el favor de darme otro pa enseñárselo luego a ese charrán.


ANTONIO

(Que ha visto el juego y volviendo a sacar la petaca.) Ahí va; tome usté media docena, y no s'acostumbre usté a estas gollerías, que luego va usté a pedir en el primer mitin menos horas de trabajo y una rueda d'emboquillaos.


SEÑOR MATÍAS

¡La c'a ti se te vaya, pinchi! Güeno, y a otro