rada preparatorios los estudios normales cuando el aludido ingresó á ella; pero el decreto está ahí, y ese candidato, dos veces profesor, no puede pretender una cátedra. Esto no es todo, según se verá.
El caso político. Han egresado este año, de la escuela de profesores del Paraná, varios alumnos paraguayos, que según contrato del gobierno de su país con el nuestro, tienen derecho á ser considerados aquí profesores de enseñanza secundaria.
Provocado el caso, es presumible lo que se hará: Cantar la palinodia con un decreto, que dejará al profesorado nacional en condicione inferiores al extranjero...
Todo ello es de tal manera informal, y tan mal parado deja al señor Fernández, que cuesta no ver la influencia de algún trapalón maestro Simone en este nuevo parto de Calandrino.[1]
El plan de instrucción normal di tribuye las asignaturas en forma aun peor que el secundario.
Cuarenta y cinco horas de idiomas, veintidós
- ↑ Boccaccio, Dec, gior. IX, nov. 3.ª