- 49- A nadie se le ocurre, sin embargo, la solución que surge cuando el barbero no quiere venir: ir uno á la barbería. Es el procedimiento seguido por lo japoneses que se han civilizado y «regenerado) en cincuen- ta años, in cruza de razas, ni alcohol, ni filólogos alemanes. Mandamos al extrangero á nuestros artistas: ¿ por qué no hacerlo con un grupo de nue tras profesores? nos y otros cultivan el alma nacio- nal, y ésto más profundamente aún. Veinticinco ó treinta maestros distribuidos en 1 [orte América, en Inglaterra, en uecia, con mó- dicas asignaciones, formarían á los tres años un excelente plantel, que podría ser inmediatamente su tituido, modificándose así en poco tiempo el rumbo educacional. Hé aquí la clave para formar un buen profeso- rado primario (que es el de necesidad urgente) y no los programas ampulosos, los contratos de sa- bios, y demás fórmula- de mazia milagrera. Pero á esto se oponen dos ob táculos. La gente, acostumbrada á cambiar zobiemo con golpes de mano y á curar enfermo con ora- dones, cree que es posible obrar con rapidez igual en achaque sociológico, y e aburre ó bromea cuanto no vé la instantaneidad del efecto. Por otra parte, sirven más para bombos minis-
