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¿Y no se habrán ido río arriba?

También he tenido en cuenta esa posibilidad, y he enviado gente á escudriñar el río hasta Richmond. Si hoy ó mañana no tenemos noticias, yo mismo me pondré en marcha, ya no en busca de la embarcación, sino de los hombres. Pero es seguro, seguro, que hoy vamos á saber algo.

Pero no fué así. Ni Wiggins, ni los otros comisionados de II olmes nos enviaron la menor noticia. Llegaron los periódicos, la mayor parie con articulos sobre la tragedia de Norwood, todos más bien hostiles al infortunado Tadeo Sholto, sin que ninguno de ellos contuviera nuevos datos, á no ser el de que al día siguiente iba á instaurarse el sumario.

Por la noche fui á Camberwell, á comunicar nuestro fracaso á las señoras, y cuando volví á casa, Holmes estaba más preocupado que nunea, y de bastante mal humor. Apenas contestó á mis preguntas, y pasó toda la noche en un abstruso análisis químico, que exigía un considerable calentar de retortas y una gran destilación de vapores, cuyo término fué llenar el cuarto de olores suficientemente poderosos para hacerme salir precipitadamente. Hasta las primeras horas de la mañana pude oir el choque de los aparatos, lo que me indicaba que mi amiLA SE ÑAL .—10