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—No importa. Nosotros le daremos á usted un nuevo par en reemplazo de aquél. Pero para eso es necesario que usted se ponga bajo mis órdehes. Puede usted aprovecharse oficialmente de todo el crédito que resulte de nuestra obra. Pero usted no procederá sino conforme á las instrucciones que yo le daré. ¿Conviene usted en ello?

—En todo, si con eso conseguimos cazar & los criminales.

Bueno. En primer lugar, necesito que un vaporcito de los más rápidos de la policía esté á las siete en el malecón de Westminster.

—Eso es fácil. Siempre hay uno en los alrededores de ese lugar; y para estar seguro, voy á salir y telefonear desde aqui cerca.

—Además, para el caso de resistencia, necesito dos hombres bastante fuertes.

—En el vaporcito nos esperarán dos ó tres de los míos. ¿Qué más?

—Una vez capturados los criminales, nos apoderaremos del tesoro y creo que á mi amigo Watson le agradaría llevar él mismo el cofre á la señorita dueña de la mitad de esos bienes.

Que ella sea la primera en abrirlo, ¿no, Watson?

—Mi placer sería inmenso contesté.

El procedimiento es irregular dijo Jones moviendo la cabeza.—Pero todo en este asunto