es irregular, y es lógico que pasemos también por esto. Sin embargo, después que aquella señorita vca el tesoro, lo entregaremos á las autoridades para la investigación oficial.
—Así lo haremos. Pero hay otro punto. Desearía conocer de los mismos labios de Jonathan Small algunos pormenores de este asunto.
Usted sabe que á mí me gusta descubrir hasta los últimos detalles de los crímenes cuya investigación tomo á mi cargo. ¿No habrá inconveniente para que él y yo tengamos una entrevista aquí, en mi casa ó en otra parte, con la condición de que yo impediré que se escape?
—Usted es dueño de la situación. Yo no posco todavía prueba alguna de la existencia de Jonathan Small, y si usted es quien lo captura, no veo cómo podría negarme á que hablara con él.
—¿Convenido, entonces?
—Perfectamente. ¿Hay algo más?
—Solamente que me empeño en que usted coma con nosotros. Dentro de media hora nos sentaremos á la mesa. Tenemos ostras, aves y algo escogido en materia de vino blanco. Watson, usted nunca ha reconocido mis méritos como anfitrión.