Página:La señal de los cuatro - Arthur Conan Doyle (1909).pdf/163

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 165 —

sno tenía nada—me dijo el capataz—y allí está »la lancha, esa de fajas rojas.» Y en ese momento, ¿quién creen ustedes que llegó sino Mordecai Smith, el desaparecido dueño de la embarcación? Estaba enteramente borracho. Yo no lo habría conocido, por supuesto, si él no hubiera dicho su nombre y el de la lancha. «La nece»sito para esta noche á las ocho dijo, á las »ocho en punto, fíjese usted, pues tengo que lle>var á dos señores que no pueden esperar.» Se veía que le habían pagado bien, pues tenía mucho dinero; regalaba centavos á la gente del astillero. Cuando salió lo seguí durante un rato, pero al ver que se metía en una taberna, regresé al astillero, y habiendo encontrado en el camino á uno de los muchachos de Wiggins, lo puse de guardia á vigilar la lancha. La orden es que cuando ésta salga, se pare en la plaza y agito su pañuelo. Nosotros esperaremos río abajo, y ahora sería muy raro que no pudiéramos coger á los hombres y al tesoro.

—Sean ó no esos hombres los verdaderos criminales—dijo Jones, la manera como usted ha preparado su plan es excelente. Pero si el asunto hubiera estado en mis manos, yo habría puesto un piquete de policía en el astillero de Jacobson para que los arrestara Y eso no habría sucedido nunca. El tal