Página:La señal de los cuatro - Arthur Conan Doyle (1909).pdf/18

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 20 —

puso en mis manos ese reloj, nunca supe que había tenido usted un hermano.

Y entonces, por vida de cuanto pueda ser maravilloso, ¿de qué manera ha podido usted conocer los hechos que acaba de citar? Todos ellos son absolutamente correctos hasta en sus menores detalles.

— Ah! Veo que he tenido suerte, pues lo único que yo podía indicar era un término medio de probabilidades, y no esperaba ser tan exacto.

—Pero cómo ha procedido usted? ¿Por simple adivinación?

—No, no; yo nunca trato de adivinar. Esa costumbre es perniciosa, destructiva de la facultad lógica. La extrañeza de usted proviene de que usted no sigue el curso de mis pensamientos ni observa los pequeños hechos de que pueden derivarse amplias consecuencias. Yo principié, por ejemplo, por asegurar que su hermano era descuidado: si usted observa con detenimiento el reloj, verá que, no sólo está abollado en dos partes, sino también todo rayado y mareado, porque lo han tenido en el mismo bolsillo con otros objetos duros, como llaves ó moneda; y no es seguramente una hazaña suponer que el hombre que trata con tanto desenfado un reloj que cuesta cincuenta guineas, es muy descuidado.