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»tuosas, por lo cual nuestro jefe resolvió que nos »trasladásemos á la otra orilla del río y que to »máramos posesión de la antigua fortaleza de Agra.

») Podk »No sé si alguno de ustedes, señores, ha oido nhablar alguna vez de esa vieja fortaleza. Es un »lugar muy raro, el más curioso en que jamás ome he hallado, y eso que no he dejado de rodar » por algunos extraños rincones. Antes que todo »su extensión es enorme; me atrevería á asegu »rar que sus muros encierran varios acres de te»rreno. La parte moderna es muy grande, y en Della se estableció la guarnición con mujeres, ni»ños, almacenes y el resto. Pero con ser tan »grande esta parte moderna, no cabe compara»ción entre ella y la antigua, adonde nadie va, y »que los escorpiones y ciempiés poseen en pro»piedad absoluta. La componen enormes y de»siertos patios, pasadizos azotados por el viento, by largos corredores que se cruzan y enmarañan de tal manera, que lo más fácil es perderse en »ellos. Por esa razón era muy rara la vez que alguien se aventuraba por allí, á no ser cuando al»gún grupo emprendía una exploración, auxilia»do por buenas antorchas.

Las aguas del río lamen la parte delantera »del fuerte, y le sirven así de protección; pero »en las fachadas laterales y en las de atrás, tan-