Página:La señal de los cuatro - Arthur Conan Doyle (1909).pdf/222

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 224 —

A 224 Deuando hube concluido, siguió inmóvil y penDsativo. En el temblor de sus labios conocí su »lucha interiorwww.

—El asunto es por demás importante, Small »—me dijo por fin, y no debe usted decir á nadie una palabra de él. Pronto volveremos á haoblar.

>A las dos noches se presentaron en mi choza »él y su amigo el capitán Morstan, sirviéndose de una linterna para encontrar el camino por entre la negra obscuridad.

)) »Desco que el capitán Morstan oiga la hisstoria de los propios labios de usted, Small—me dijo el mayor.

MA

» Yo repetí el relato que le había hecho á él.

—> Le parece á usted verdad?—preguntó.—»¿Hay lo suficiente para proceder?

»El capitán Morstan hizo un movimiento afir»mativo con la cabeza.

» Mire usted, Small—me dijo el mayor. Mi »amigo y yo hemos hablado del asunto y hemos »llegado á la conclusión de que en el secreto que busted poseo, no toca intervención alguna al Go»bierno después de todo, no se trata sino de »bienes privados, que le pertenecen á usted y en »el cual usted puede hacer lo que mejor le pa»rezea. Ahora, la cuestión es: ¿Qué precio pone »usted á su secreto? Si llegáramos á entender-