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Las leyes fundamentales de la óptica.

onda. Se dice que dos movimientos ondulatorios se superponen sin perturbarse. De aquí se sigue que allí donde, al encontrarse dos ondas iguales, coinciden las cumbres con las combres y los valles con los valles, se produce una duplicación de las elevaciones y de las profundidades (fig. 56); pero si las cumbres tropiezan con los valles, anúlanse los impulsos y no se produce ninguna vibración (fig. 57).

fig56
fig56

fig57
fig57

Si se quieren observar interferencias, no se debe tomar simplemente dos focos de luz y hacer que se crucen los trenes de ondas que emiten; de este modo no se produce ningún fenómeno observable de interferencia, porque las verdaderas ondas luminosas no son ondas absolutamente regulares. El estado de vibración cambia de pronto después de una serie de vibraciones regulares, y ese cambio es casual, correspondiendo a los procesos casuales al verificarse la emisión de la luz en la fuente luminosa; estos cambios irregulares producen una variación correspondiente en los fenómenos de interferencia, que se verifica harto de prisa para que el ojo pueda seguirla, y así resulta que se ve solamente una luz regular.

Para obtener interferencias observables hace falta dividir un rayo luminoso en dos rayos, por métodos artificiales, por reflexión y refracción; luego se procura que esos dos rayos se encuentren. De esta manera las irregularidades de las vibraciones tienen en ambos rayos el mismo ritmo de tiempo, y, por tanto, los fenómenos de interferencia no vacilan en el espacio, sino que permanecen fijos; donde las ondas en un momento se aviven o se apaguen, allí lo harán siempre.

Se dirige la vista, armada con lupa o con anteojo, a ese