debilita, y en la dirección perpendicular o cruzada no pasa en absoluto.
Lo mismo sucede en la reflexión; si ésta se verifica en el ángulo adecuado, entonces, de las dos vibraciones paralelas y perpendiculares al plano de incidencia, una sola será reflejada, la otra penetra en el espejo y queda absorbida por él (fig. 63). No es posible, naturalmente, determinar si la vibración reflejada es la que oscila en el plano de incidencia o la que oscila perpendicularmente a él. Pero esta cuestión de la posición de la vibración con respecto al plano de incidencia o dirección de la polarización ha ocasionado muy amplias investigaciones, teorías y discusiones, como en seguida veremos.
6. El éter como cuerpo sólido elástico.
Conocida, pues, ya la transversalidad de las ondas luminosas y demostrada por numerosos experimentos, surgió a la consideración de Fresnel la imagen de una futura teoría dinámica de la luz, que habría de derivar, según el modelo de la mecánica, los fenómenos ópticos de las propiedades del éter y de las fuerzas actuantes en él. El éter tenia que ser, por tanto, una especie de cuerpo elástico, sólido; pues sólo en éste pueden verificarse ondas transversales mecánicas. Pero en la época de Fresnel no estaba aún desarrollada la teoría matemática de la elasticidad de los cuerpos sólidos; además, podía muy bien creer Fresnel que no era lícito exagerar a priori la analogía del éter con substancias materiales. En todo caso, prefirió inquirir empíricamente las leyes de la propagación de la luz e interpretarlas con la representación de las ondas transversales. Ante todo, debía esperarse que los procesos ópticos en cristales diesen