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El principio especial de la relatividad.

Quien haya entendido esto bien, no comprenderá fácilmente que hayan transcurrido tantos años de investigación exacta antes de reconocer este sencillo hecho. Es la eterna historia del huevo de Colón.

El problema que se plantea inmediatamente es el siguiente: el método de comparar relojes que hemos empleado ¿conduce a un concepto relativo del tiempo que esté libre de contradicción?

Efectivamente, así es. Para comprenderlo, vamos a emplear la exposición de Minkowski, que consiste en representar los sucesos o puntos universales en un plano xt. Nos limitaremos a los movimientos en la dirección x y prescindiremos, por tanto, de y y z (fig. 109).

fig109
fig109

Los puntos A, B, C, inmóviles en el eje x, son representados, en el sistema S de las coordenadas xt, como tres paralelas al eje t. El punto C hállase en el centro de AB. Una señal luminosa parte de él, en el tiempo t = 0, dirigiéndose en ambas direcciones.

Admitimos que el sistema S está «quieto», es decir, que la velocidad de la luz es idéntica en ambas direcciones; las señales luminosas que van hacia la derecha y la izquierda son entonces representadas por rectas oblicuas al eje x y que llamamos «líneas luminosas». Admitiremos que la inclinación sea de 45°, lo cual, evidentemente, se deriva de que la distancia que en la figura representa la unidad de longitud, 1 cm. sobre el eje x, significa sobre el eje t el brevísimo tiempo sec., que la luz necesita para recorrer 1 cm. de camino.

Las intersecciones A1B1 de las líneas luminosas con las líneas universales de los puntos A y B darán, por sus valores t, los momentos de llegar las dos señales luminosas. Se ve que A1 y B1 están sobre una paralela al eje x; esto es, son simultáneos.