Página:La teoría de la relatividad de Einstein.djvu/284

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

279
El principio especial de la relatividad.

sólo la tiene la franja como multiplicidad de puntos universales, sucesivos, y no la tiene la sección. La contracción es, pues, sólo una consecuencia del modo de considerar las cosas; no es una modificación de una realidad física; no cae, pues, bajo los conceptos de causa y efecto.

Esta concepción resuelve la cuestión, ya tocada por nosotros, de si la contracción es «real» o «aparente». Si yo corto una rueda de salchichón, ésta será mayor o menor según que la corte inclinando mas o menos el cuchillo. Es absurdo llamar «aparentes» las distintas magnitudes de la rueda de salchichón y calificar de magnitud «real», por ejemplo, la más pequeña, la que procede de un corte perpendicular.

Del mismo modo, una vara, en la teoría de Einstein, tiene longitudes distintas según el punto de vista del observador; una de ellas es la máxima, la longitud en reposo; pero no por eso es más real que las otras. Aplicar en este sentido ingenuo la disyuntiva: «aparente» o «real», no es más sensato que preguntar por la verdadera coordenada x de un punto x y, sin indicar previamente el sistema de coordenadas x y a que se refiere.

Otra tanto puede decirse de la relatividad del tiempo. Un reloj ideal tiene siempre una y la misma marcha en el sistema de referencia en donde se halla en reposo; señala el «tiempo propio» del sistema de referencia. Pero, juzgado desde otro sistema de referencia, anda más despacio; un determinado espacio del tiempo local aparece allá más largo. También aquí es absurdo preguntar cuál sea la «real» duración de un proceso.

Comprendida rectamente, la cinemática no contiene ni obscuridades ni contradicciones internas. Sin duda, muchos de sus resultados están en oposición con hábitos mentales o con teorías de la física clásica. Cuando esas oposiciones son particularmente violentas, parecen frecuentemente insoportables y paradójicas. En lo sucesivo sacaremos de la teoría de Einstein numerosas conclusiones que fueron recibidas al principio con ruda oposición hasta que se consiguió confirmarlas experimentalmente. Pero aquí queremos comunicar una reflexión