eje x «delante» o «detrás» del punto cero espacial. Pero para otro sistema inercial, con otro eje t, es evidentemente otra la separación; sólo para los puntos universales situados dentro de los cuadrantes G > 0 queda unívocamente determinado si están «delante» o «detrás» del punto cero espacial. Para uno de esos puntos , es ; es decir, que en todo sistema de referencia autorizado es el espacio de tiempo que separa dos sucesos O y P más pequeño que el tiempo que necesita la luz para ir de uno a otro. Entonces puede introducirse un adecuado sistema inercial en movimiento, cuyo eje x pase por P, siendo, pues, los dos sucesos O y P simultáneos. En este sistema es evidente que para el suceso P es t = o, esto es, G = x2 > 0.
De aquí se deduce que la invariante G es para cada punto universal P una magnitud mensurable de significación intuitiva; o bien P y O «pueden transformarse al mismo lugar», y entonces G = -c2t2, siendo t la diferencia de tiempo entre el suceso P y el suceso O que se halla en el mismo lugar del sistema S; o bien P y O pueden transformarse «a simultaneidad», y entonces G = x2, siendo x la distancia espacial entre los dos sucesos simultáneos en el sistema S.
Las líneas de luz G = 0 representan en todo sistema de coordenadas movimientos con la velocidad de la luz. Por eso a toda línea universal de tiempo corresponde un movimiento de menor velocidad; todo movimiento con velocidad inferior a la de la luz puede «transformarse en reposo», porque pertenece a él una línea universal de tiempo.
Pero ¿y los movimientos con velocidad superior a la de la luz?
Según lo que antecede, está claro que la teoría de Einstein tiene que declarar imposibles físicamente tales movimientos. Pues la nueva cinemática pierde todo sentido si hubiese señales que permitieran comprobar la simultaneidad de dos relojes con velocidad superior a la de la luz.
Aquí parece surgir una dificultad.