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La teoría general de la relatividad.

pero ilimitado, es naturalmente vano y tan imposible como el de conseguir una intuición de las curvaturas locales del universo en la proximidad de masas gravitantes. Y, sin embargo, tiene esta teoría consecuencias muy concretas. Imaginemos un telescopio en el observatorio de Babelsberg dirigido hacia una determinada estrella fija; al mismo tiempo, en los antípodas, por ejemplo, en la ciudad australiana de Sidney, hay otro telescopio dirigido exactamente al lugar del cielo que está enfrente. Cabe pensar, según la cosmología de Einstein, que los observadores de los dos telescopios estén viendo una y la misma estrella, que es recognoscible acaso por un espectro característico. En realidad, así como puede emprenderse un viaje alrededor del mundo tanto hacia el Este como hacia el Oeste, y realizarlo en ambas direcciones siguiendo uno y el mismo círculo máximo, así también un rayo luminoso, en el universo esférico de Einstein podrá salir de la estrella, seguir una línea geodésica en ambas direcciones y llegar a la Tierra en direcciones opuestas.

Hoy, estas consideraciones podrán quizá llamarse engendros de una fantasía desbocada; ¿quién sabe si dentro de pocos siglos no llegarán a ser hechos empíricos, merced a un arte refinadísimo de observación? Seria temerario negar tal posibilidad. Ya hoy hay astrónomos muy serios que parten de la teoría del macrocosmos dada por Einstein para sus exactas investigaciones sobre las leyes de la distribución de las estrellas fijas.

Mas también en el microcosmos, en el universo de los átomos, penetran las ideas de Einstein. Ya hemos tocado antes (V, 15, página 245) la cuestión de las notables fuerzas que impiden que un electrón o un átomo se deshaga. Ahora bien; éstos son aglomeraciones inauditas de energía en mínimos espacios; por tanto, han de ocultar en su seno enormes curvaturas de espacio o, dicho de otro modo, campos gravitatorios. Ofrécese el pensamiento de que éstos son los que mantienen juntos las cargas eléctricas que tienden a separarse.

Pero esta teoría se halla en sus comienzos y es dudoso si tendrá o no buen éxito. Por numerosas experiencias sabemos que en el mundo de los átomos imperan leyes nuevas, extrañas,