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EN GLORIA Y MAGESTAD

sábios han florecido en dos ó tres mil años: citense autoridades á millares de todas las librerías del mundo; yo estoy en derecho de mantener mi conclusion, cierto y seguro de que el sistema es falso, que nada esplica, y los mismos fenómenos lo destruyen.

50. Si en lugar de este sistema sale otro, el cual despues de bien examinado, y confrontado con los fenómenos celestes, se ve que los esplica bien de un modo claro y natural, que satisface á todas las dificultades, y esto sin violencia, sin confusión, sin suposiciones arbitrarias, &c., aunque este nuevo sistema no tenga mas patrón que su propio autor, ni mas autoridades que las pruebas que trae consigo, esta sola autoridad pesará mas en una balanza fiel, que todos los volúmenes, por gruesos que sean, y que todos los sabios que los escribieron: y cualquier hombre sensato que llegue á tener suficiente conocimiento de causa, los abandonará al punto á todos con el honor y cortesía que por otros títulos se merecen: admitiendo de buena fe la escasa justa y racional de que al fin en su tiempo no habia otro sistema; y así trabajaron sobre él, en la suposición de su bondad. No olvidéis, amigo, esta especie de parábola.


PÁRRAFO IV.

51. Sin apartarnos mucho de aquella propiedad, que pide una semejanza, podemos considerar á toda la Biblia sagrada como un cielo grande y hermosísimo, adornado por el espíritu de Dios con tanta variedad y magnificencia, que parece imposible abrir los ojos, sin que quede arrebatada la atencion. Esta vista primera, así en general y en confuso, escita naturalmente la curiosidad ó el deseo de saber, ¿qué cosas son aquellas, qué significan, cómo se entienden, qué conexión ó enlace tienen las unas con las otras, y á qué fin determinado se encaminan todas? Escitada esa curiosidad, lo primero que se ofrece naturalmente es ir á buscar en los libros lo que han pensado y enseñado los doctores: cómo han esplicado aquellas cosas: y qué luces nos han dejado para su verdadera y plena inteligencia.