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JUICIO ACERCA DE ESTA OBRA

claramente lo estendida que estaba la opinion contraria, á la del santo doctor. Y es de advertir, que los comentarios sobre Isaías, cuyo último libro es el 18, los concluyó el santo entrado ya el siglo v, ácia el año de 409. Prueba convincente de que en aquella época era muy comun en la Iglesia la idea del reino de Jesucristo en la tierra, que es el fondo de la sentencia de los Milenarios. Mas como la inmensa doctrina, autoridad, y merecido nombre de S. Jerónimo se habia declarado contra aquel pensamiento, en lo que tambien lo siguió el grande doctor S. Agustin, fué perdiendo terreno, y por último se abandonó como asunto que no interesaba á la pureza de la fe, que se miraba todavia muy remoto, y al que de otra parte se habian mezclado errores groseros justísimamente condenados por los doctores eclesiásticos y por la Iglesia misma.

Mas esta infalible y prudentísima maestra de la verdad, al paso que ha condenado los errores de Cerinto y demas herejes que mancharon con sus groserías el puro sistema de los Milenarios, nada ha decidido contra estos, como reflexionan bien los autores que han escrito los catálogos de los herejes y herejías, y singularmente Alfonso de Castro, minorita, en su apreciable obra Adversus hereses. Por manera que esta sentencia no tiene contra sí, sino la autoridad de los padres y teólogos desde los fines del quinto siglo en adelante. Grande y muy digna de nuestra veneracion es la autoridad de tantos, tan sábios y santos doctores; mas con todo eso no basta para colocar su sentir en-