al cielo despues de su muerte y resurreccion, otra vez ha de venir al mismo mundo de un modo infinitamente diverso. Segun esto creemos los Cristianos dos venidas, como dos puntos esenciales y fundamentales de nuestra relijion: una que ya sucedió, y cuyos efectos admirables vemos y gozamos basta el dia de hoy: otra que sucederá infaliblemente, no sabemos cuando. De esta pues os pregunto yo: ¿si estas ideas son tan ciertas, tan seguras y tan justas, que no haya cosa alguna que temer ni que dudar? Naturalmente me direis que sí: creyendo buenamente que todas las ideas que tenemos de esta segunda venida del Mesías son tomadas fielmente de las santas Escrituras, de donde solamente se pueden tomar. Amen, así lo haga el Señor: despierte el Señor las palabras que tú profetizaste[1].
No ostante yo os pregunto á vos mismo, con quien hablo en particular: ¿si con vuestros propios estudios, trabajos y diligencia habeis sacado estas ideas de las santas Escrituras? Así parece que lo debemos suponer: pues siendo sacerdote, y teniendo como tal, ó debiendo tener la llave de la ciencia, apenas podreis tener alguna escusa en iros á buscar otras cisternas no tan seguras, pudiendo abrir la puerta y beber el agua pura en su propia fuente. Mas el trabajo es, que no podemos suponerlo así: porque sabemos todo lo contrario por vuestra propia confesion. ¿Qué necesidad hay, decís confiadamente, de que cada uno en particular se tome el grande y molestísimo trabajo de sacar en limpio lo que hay encerrado en las santas Escrituras,
- ↑ Amen, sic faciat Dominus: suscitet Dominus verba tua, quæ prophetasti.—Jerem. xxviii, 6.