Página:La vida de las abejas (1909).pdf/138

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 132 —

1 No sé si los que no han visto nunca el interior de una colmena se representan suficientemente la disposición y el aspecto de los panales. Que se figuren, para tomar la colmena de nuestros campesinos, en los que la abeja está librada á sí misma, que se imaginen una campana de paja ó de mimbre; esa campana está dividida de arriba abajo por cinco, seis, ocho, y á veces diez tajadas de cera perfectamente paralelas y bastante semejantes grandes tajadas de pan que bajan de la cima de la campana y toman estrictamente la forma ovoidal de las paredes. Entre cada una de esas tajadas se ha dejado un intervalo de once milímetros más ó menos, en el que permanecen y circulan las abejas. En el momento en que comienza en lo alto de la colmena la construcción de una de esas tajadas, la pared de cera que la esboza y que será más tarde adelgazada y estirada, es todavía muy espesa, y aísla completamente las cincuenta ó sesenta abejas que trabajan sobre la cara anterior, de las cincuenta ó sesenta que cincelan al mismo tiempo la cara posterior, de modo que es imposible que se vean mutuamente, a menos que su vista tenga el don de atravesar los cuerpos más opacos. Sin embargo, una abeja de la cara anterior no excava un agujero, no agrega un fragmento de cera que no corresponda exactamente á un relieve ó una cavidad de la cara posterior, y recíprocamente. ¿Cómo lo consiguen? ¿Cómo es que la una no cava demasiado hondo y la otra no se queda corta?

¿Cómo coinciden siempre tan mágicamente