rotación dura lo mismo que el de traslación, nos presenta siempre la misma cara. Comprenderéis bien esto por medio de un ejemplo. Suponed que la luz que está en medio de la mesa del gabinete representa la Tierra, y uno de vosotros, que hace el papel de Luna, da vuelta alrededor de dicha mesa, con la vista fija siempre en la luz. Pues bien; cuando hayáis terminado de dar esa vuelta, habréis girado al mismo tiempo una vez sobre vosotros mismos, aun sin daros cuenta de ello. Al empezar la vuelta teníais la cara, mirando hacia el Este; al terminar la cuarta parte de ese pequeño viaje miraríais ya, hacia el Sur, y después hacia el Occidente; de modo que á la mitad del camino miraríais va en sentido diametralmente opuesto que al comenzarlo, ó lo que es igual, sin dejar de dar siempre la cara á la luz, que en esta comparación es la Tierra, habríais ido girando sobre vosotros mismos.
Hay, pues, un hemisferio lunar que nos es completamente desconocido, y desde el cual tampoco se ve la Tierra, aunque sí el Sol, durante catorce días y medio de los nuestros, para dar lugar á una noche de igual duración.
Acercaos ahora y observad á través del anteojo la superficie de nuestro satélite. Ante todo, miradlo cada uno de vosotros algunos momentos para tener una idea general; luego lo examinará Luis detenidamente para decirnos lo que observa más digno de atención, y luego tú, Adela, lo verás durante el rato que gustes.
Los niños se acercaron con ansiedad al telesco-