Página:Las cuitas de Werther (1919).pdf/60

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
56
 

O que me hace un encargo, y me parece lo más propio el ir en persona con la respuesta; o que está el dia tan apacible, que me encamino a Wahlheim, y hallándome alli no queda más de media horita... estoy en su mismo ambiente... Ea, ya estoy alli. Mi abuela solia contar una conseja de la montaña Imán; los bajeles que se acercaban se quedaban al golpe sin hierros; los clavos se disparaban en pos del monte, y los desventurados pasajeros venían a estrellarse entre los encontrones de la tablazón desencajada.

30 de julio.

Vino Alberto, y tendré que marcharme; pero aun cuando tuviese que tratar con un sujeto excelente, con todo un caballero, siempre se me hará intol ble el presenciar su posesión de tantisimas perfecciones... ¡Su posesión!... Basta, Guillermo; ahi está el novio: un hombre pundonoroso y amable, y felicidades. Por mi dicha no me hallé a su llegada; esto me traspasara las entrañas. Además es tan mirado, que en mi presencia no la ha besado una vez. El Altisimo se lo tenga en cuenta. En consideración al señorio con que trata a su novia, debo apreciarle. Está muy fino conmigo, circunstancia que conceptúo es más bien obra de Carlota que arranque suyo. En esta parte las mujeres son linces, y lo aciertan. Cuando lo ran tener bien quistos entre si a los amantes, si por maravilla acontece, ellas son siempre las gananciosas.

Entretanto no puedo menos de guardar atencio-