libre: «¡No hay más Dios que Alah, y Mohamed es el profeta de Alah! ¡Sean con Él la bendición y la paz de Alah! Y ella dijo: «¡Vete, y no vuelvas por aquí, porque te mataré!» Y se lo gritó en la cara. Entonces el joven se fué de entre sus manos. Y he aquí todo lo referente á él.
En cuanto á la bruja, volvió en seguida á la cúpula, descendió al subterráneo, y dijo: «¡Oh dueño mío! levántate, que te vea yo.» Y el rey contestó muy débilmente: «Aún no has hecho nada. Queda otra cosa para que recobre la tranquilidad. No has suprimido la causa principal de mis males.» Y ella dijo: «¡Oh amado mío! ¿cuál es esa causa principal?» Y el rey contestó: «Esos peces del lago, los habitantes de la antigua ciudad y de las cuatro islas, no dejan de sacar la cabeza del agua, á medianoche, para lanzar imprecaciones contra ti y contra mí. Y ese es el motivo de que no recobre yo las fuerzas. Libértalos, pues. Entonces podrás venir á darme la mano y ayudarme á levantar, porque seguramente habré vuelto á la salud.»
Cuando la bruja oyó estas palabras, que creía del negro, exclamó muy alegre: «¡Oh dueño mío! pongo tu voluntad sobre mi cabeza y sobre mis ojos.» E invocando el nombre de Bismillah, se levantó muy dichosa, echó á correr, llegó al lago, cogió un poco de agua, y...