reflejó al fin en el espejo de Las mil noches y una noche. Estamos, pues, en presencia, no de una obra consciente, de una obra de arte propiamente dicha, sino de una obra cuya formación lenta se aprecia por conjeturas diversas y que se expande en pleno folklore islamita. Obra puramente árabe sin embargo, á pesar de su origen pérsico, y que, traducida en persa, turco é indostánico, se esparció por todo el Oriente.
Querer asignar á la forma definitiva de muchas de estas historias un origen, una fecha, fundándose en consideraciones lingüísticas, es empresa difícil, pues se trata de un libro que no tiene autor conocido, y copiado y recopiado por escribas dispuestos á hacer intervenir su dialecto natal en el dialecto de los manuscritos que les servían de originales, acabó por ser un receptáculo confuso de todas las formas del árabe. Por varias consideraciones sacadas principalmente de la historia comparada de la civilización, la crítica actual parece haber llegado á imponer cierta cronología á esta masa de cuentos. He aquí lo que la crítica supone:
Son tal vez en su mayor parte del siglo X los trece cuentos que se encuentran en casi todos los textos (en el sentido filológico de la palabra) de las Alf Lailah Oua Lailah; á saber: Historias. I. Del rey Schahriar y de su hermano el rey Schahzaman (que es la que sirve de Introducción); II. Del mercader y el efrit; III. Del pescador y el efrit; IV. Del mandadero y las tres doncellas; V. De la mujer despedazada, de las tres manzanas y del negro Rihán; VI. Del visir Nureddin...; VII. Del sastre, el jorobado, etc.; VIII. De Nar Al-Din y Anis Al-Djalis; IX. De Ghamin ben Ayoub; X. De Ali ben Bakkar y Shams Al-Nahar; XI. De Kamar Al-Zaman; XII. Del caballo de ébano, y XIII. De Djoulnar, hijo del mar.