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HISTORIA DEL PESCADOR Y EL EFRIT

mente avaro, envidioso y saturado de celos y de odio. Cuando este visir vio que el rey colocaba á su lado al médico Ruyán y le otorgaba tantos beneficios, le tuvo envidia y resolvió secretamente perderlo. El proverbio lo dice: «El envidioso ataca á todo el mundo, En el corazón del envidioso está emboscada la persecución, y la desarrolla si dispone de fuerza ó la conserva latente la debilidad,» El visir se acercó al rey Yunán, besó la tierra entre sus manos, y dijo: «¡Oh rey del siglo y del tiempo, que envuelves á los hombres en tus beneficios! Tengo para ti un consejo de gran importancia, que no podría ocultarte sin ser un mal hijo. Si me mandas que te lo revele, te lo revelaré.» Turbado entonces el rey por las palabras del visir, le dijo: «¿Qué consejo es el tuyo?» El otro respondió: «¡Oh rey glorioso! los antiguos han dicho: «Quien no mire el fin y las consecuencias, no tendrá á la Fortuna por amiga», y justamente acabo de ver al rey obrar con poco juicio otorgando sus bondades á su enemigo, al que desea el aniquilamiento de su reino, colmándole de favores, abrumándole con generosidades. Y yo, por esta causa, siento grandes temores por el rey.» Al oir esto, el rey se turbó extremadamente, cambió de color, y dijo: «¿Quién es el que supones enemigo mío y colmado por mí de favores?» Y el visir respondió: «¡Oh rey! Si estás dormido, despierta, porque aludo al médico Ruyán.» El rey dijo: «Ese es buen amigo mío, y para mí el más querido de los hombres, pues me ha curado con una cosa que yo he