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Página:Las mil noches y una noche v2.djvu/103

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HISTORIA DEL VISIR NUREDDIN...

matizado poco el dulce de granada. ¡Oh! Me es- peraba la terrible picota con un carretón arrastra- do por dos búfalos del Nilo. Pero gracias á Alah, todo ha sido un sueño... Y á fe que la pérdida de mi pastelería, destruída por completo, me dió mu- cha pena. >>

Entonces, Sett El-Hosn, que ya no podía más, saltó de la cama, se echó en brazos de Hassán Ba- dreddin, y estrechándole contra su pecho empezó á besarle todo. Pero él no se movía. Y de pronto dijo: ¡No, no! ¡Esto no es un sueño! ¡Por Alah! ¿dónde estoy? ¿dónde está la verdad?>>

Y el pobre Hassán, llevado suavemente al lecho en brazos de Sett El-Hosn, se tendió extenuado y cayó en un sueño profundo, velado por su esposa, que de cuando en cuando le oia murmurar: «¡Es la realidad! ¡No! ¡Es un sueño!»>

Con la mañana volvió la calma al espíritu de Hassan Badreddin, que al despertarse se encontró en brazos de Sett El-Hosu, viendo al pie del lecho á su tío el visir Chamseddin, que en seguida le deseó la paz. Y Badreddin le dijo: «¡Por Alah! ¿No has sido tú quien mandó que me atasen los brazos y has dispuesto la destrucción de mi tienda? ¡Y todo ello por estar poco aromatizado el dulce de granada!>>

Entonces, el visir Chamseddin, como ya no ha- bía razón para callar, le dijo:

<<¡Oh hijo mío! Sabe que eres Hassán Badreddin, hijo de mi difunto hermano Nureddin, visir de