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Página:Las mil noches y una noche v22.djvu/16

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LAS MIL NOCHES Y UNA NOCHE

miendo en el mismo lecho, cuando un día, su padre, el kadi de barba maldita, advirtió nuestras relaciones y las cortó de raíz, aislando completamente á su hija y diciéndome que me rompería las manos y los pies si entraba en su morada. Y desde entonces no he podido ver á la adorada, quien, según he sabido indirectamente, está como loca á causa de nuestra separación. ¡Y precisamente para aliviar mi corazón y proporcionarle alguna alegría me he decidido á venir en busca tuya, ¡oh capitán sin par! convencida de que sólo de ti pueden venir la alegría y el alivio!»

Por lo que á mi respecta, ¡oh mi señor sultán! al oír estas palabras de la incomparable joven que tenía delante de mis ojos, me quedé estupefacto hasta el límite de la estupefacción, y dije para mi: «¡Oh Alah Todopoderoso! ¿Desde cuándo las jovenzuelas se transforman en jovenzuelos, y las cabras en machos cabríos? ¿Y qué clase de pasión y qué especie de amor pueden ser la pasión y el amor de una mujer con otra mujer? ¿Y cómo de la noche á la mañana puede crecer el cohombro con sus anejos donde no está dispuesto el terreno para cultivarlo?» Y golpeé mis manos una contra otra con sorpresa, y dije á la joven: «¡Oh señora mía! ¡por Alah, que no comprendo nada de lo que me ha narrado tu gracia! Explicamelo antes al detalle desde el principio. ¡Porque ¡ualahi! jamás oi decir que fuese cosa corriente el que las corzas suspirasen por las corzas y las gallinas por las gallinas!» Y